El suicidio es un importante problema de salud pública en todo el mundo. Según la OMS, cada año se producen 800.000 suicidios, o una tasa estimada de 11,4 muertes por cada 100.000 personas. Esto representa la segunda causa de fallecimientos entre los jóvenes de 15 a 29 años, después de los accidentes de transito (2017). El suicidio no discrimina, afecta a todo el mundo, independientemente de su edad, sexo o procedencia. Detrás de las sombrías estadísticas y los titulares preocupantes hay personas reales que enfrentan el dolor, la desesperanza y la soledad. Podemos prevenir la muerte y dar esperanza a quienes la necesitan mediante la educación, la detección temprana, el apoyo continuo y la erradicación del estigma asociado a ella. La prevención del suicidio es una necesidad que se extiende más allá del ámbito de la comunidad médica. Organizaciones que se centran en la salud mental. Es una petición para cada uno de nosotros, para nuestros hogares, círculos sociales y barrios. El suicidio se puede detener, por lo que es importante que los psicólogos adopten una visión amplia del problema. Hablaremos sobre tácticas efectivas, factores de riesgo y el valor del conocimiento y el apoyo emocional mientras examinamos la prevención del suicidio.
Factores de Riesgo
Es importante comprender los factores de riesgo antes de hablar de prevención. Estos podrían incluir afecciones de salud mental no tratadas, antecedentes de suicidio en la familia, abuso de sustancias, eventos traumáticos y aislamiento social. El primer paso para intervenir y ofrecer apoyo es identificar estos factores.
1. Problemas de salud mental no tratados:
El riesgo de suicidio puede aumentar significativamente debido a afecciones de salud mental como depresión, ansiedad, trastorno bipolar y esquizofrenia. Estos trastornos suelen ir acompañados de sentimientos intensos, pensamientos desfavorables y una sensación persistente de desesperanza en la vida de quienes los padecen. La afección empeora por la falta de tratamiento o por un acceso inadecuado a una atención médica adecuada.
2. Suicidio en la Familia:
El riesgo de suicidio puede ser elevado en personas con antecedentes familiares. Un historial familiar de suicidio puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle problemas de salud mental y encuentre dificultades adicionales en la vida. Esto puede deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales. Para ayudar a las personas en esta situación a gestionar sus emociones y prevenir el suicidio, la detección temprana y el apoyo psicológico son fundamentales.
3. Abuso de drogas:
El abuso de drogas o alcohol, por ejemplo, puede aumentar considerablemente el riesgo de suicidio. La adicción puede empeorar los problemas de salud mental y reducir las inhibiciones y aumentar la impulsividad. Los consumidores de sustancias frecuentemente utilizan el suicidio como medio para escapar de sus problemas. A través de la intervención temprana y la rehabilitación, se abordan como parte de la prevención el abuso de sustancias y los problemas de salud mental subyacentes.
4. Eventos traumáticos:
El riesgo de suicidio puede aumentar debido a acontecimientos traumáticos como el abuso sexual, el acoso, la muerte de un ser querido o el trastorno de estrés postraumático. La salud mental de una persona puede verse gravemente afectada por un trauma, que también puede dejarle cicatrices emocionales duraderas. Para ayudar a las personas a procesar y recuperarse de estas experiencias traumáticas y reducir su riesgo de suicidio, la terapia especializada y el apoyo psicológico son cruciales.
5. Una sensación de aislamiento social:
Los factores de riesgo de suicidio importantes incluyen el aislamiento social y la soledad. Las personas que se sienten aisladas, aisladas de sus seres queridos y desconectadas de la sociedad pueden sentir una abrumadora sensación de desesperanza. Para reducir el aislamiento social y prevenir el suicidio se necesita fomentar el desarrollo de relaciones cercanas, participar en actividades sociales y crear redes de apoyo.
Promoción de la salud mental
Promover la salud mental es esencial para prevenir el suicidio. Esto implica erradicar el estigma asociado con las enfermedades mentales, promover el asistir con un profesional de la salud mental y hacer que los servicios de apoyo sean fácilmente accesibles para cualquiera que los necesite. Los programas de educación y sensibilización pueden ser muy importantes en la prevención, esto se debe a que se aborda las causas fundamentales y los factores de riesgo asociados con la salud mental. A continuación se ofrece una exploración más detallada de cómo la promoción de la salud mental contribuye a la prevención del suicidio:
1. Desestigmatización de las Enfermedades Mentales:
El estigma asociado a las enfermedades mentales es uno de los obstáculos más importantes para la prevención del suicidio. Dado que las enfermedades mentales con frecuencia son malinterpretadas o estigmatizadas en la sociedad, muchas personas optan por ocultar sus problemas por temor al estigma o la discriminación. Promover la salud mental implica educar al público sobre las enfermedades mentales y fomentar una actitud más comprensiva y tolerante. Esto aumenta la probabilidad de que las personas pidan ayuda.
2. Fomentar la búsqueda de ayuda profesional:
Debido a la ignorancia o al miedo al estigma, muchas personas que padecen problemas de salud mental pueden optar por no buscar ayuda. Enfatizar el valor de consultar a terapeutas, psiquiatras es un aspecto de la promoción de la salud mental. Esto se puede lograr realizando campañas de concientización y educando a las personas sobre qué tan bien funciona la atención médica para tratar las enfermedades mentales y prevenir el suicidio.
3. Acceso a los recursos adecuados:
Asegurarse de que haya recursos suficientes y fácilmente accesibles para quienes necesitan asistencia es otro aspecto de la promoción de la salud mental. Esto implica aumentar el acceso a servicios de salud mental de bajo costo, establecer líneas de ayuda y hacer que los servicios de crisis estén disponibles las 24 horas. Es más probable que las personas busquen apoyo cuando lo necesitan cuando se simplifica el acceso a la asistencia que necesitan.
4. Educación en Habilidades de Afrontamiento:
Otro componente crucial de la promoción de la salud mental es impartir a las personas mecanismos útiles para afrontar la situación. Los mecanismos de afrontamiento permiten a las personas afrontar el estrés, la ansiedad y otros sentimientos desafiantes de forma saludable. Estos podrían incluir métodos para calmarse, pensamiento analítico y comunicación verbal y escrita. Es menos probable que las personas se sientan abrumadas por los desafíos de la vida cuanto mejor equipadas estén con estas habilidades.
Identificación e Intervención
Los amigos, familiares, profesionales médicos y el público en general deben poder reconocer a las personas en riesgo de suicidio y saber cómo tomar las medidas adecuadas. En esta etapa, es necesario escuchar activamente, expresar preocupación y conectar a la persona con asistencia experta. Las claves para prevenir el suicidio son la identificación y la intervención.
1. Identificación de Personas en Riesgo:
El primer paso para identificar a las personas que están en riesgo es estar atento a las señales de advertencia. Estas señales de advertencia pueden incluir expresiones de abatimiento, exclusión social, cambios bruscos de comportamiento, mayor consumo de alcohol o drogas, hablar de querer morir y sentirse una carga para los demás, entre otras cosas.
2. Intervención y asistencia:
Si alguien revela que está pensando en suicidarse o muestra un comportamiento de alto riesgo, es esencial conectarlo con ayuda profesional de inmediato. Los trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras, así como las líneas directas de crisis, pueden entrar en esta categoría. Puede ser crucial darle a la persona sus datos de contacto y acompañarla a su primera cita.
Apoyo Continuo
Para quienes anteriormente han tenido pensamientos suicidas o han intentado suicidarse, el apoyo continuo es crucial. Las personas pueden superar los desafíos y evitar repetir los intentos con la ayuda de terapia, seguimiento médico y apoyo emocional.
1. Terapia y Asesoramiento Continuo:
El acceso a terapia y asesoramiento de forma continua es crucial para el apoyo continuo. Las personas que han tenido pensamientos suicidas con frecuencia necesitan un entorno seguro para procesar sus sentimientos y dificultades. La terapia ofrece recursos para afrontar los problemas y descubrir mecanismos de afrontamiento exitosos. Mantener la estabilidad emocional puede requerir sesiones de terapia continuas.
2. Equipos de soporte:
Puede resultar increíblemente útil participar en grupos de apoyo diseñados especialmente para personas que han luchado contra pensamientos suicidas. Las personas pueden compartir sus experiencias, sentirse comprendidas y beneficiarse de los demás en los entornos de apoyo de estos grupos. En estos grupos, el apoyo mutuo puede promover la resiliencia y la curación.
3. Redes de Apoyo Personal:
Los vínculos interpersonales fuertes son esenciales para mantener el apoyo. En términos de ofrecer apoyo emocional y ayudar a la persona a mantener conexiones, los amigos, la familia y otros seres queridos. Fortalecer su red de apoyo personal requiere mantener abiertas las líneas de comunicación y ayudar cuando las cosas se ponen difíciles.
4. Educación continua en salud mental:
Es fundamental que las personas en riesgo y sus seres queridos sigan aprendiendo sobre salud mental y prevención del suicidio. Esto implica estar informado sobre los posibles obstáculos y ser consciente de los signos de una posible recaída. Las personas estarán mejor equipadas para mantenerse seguras y obtener ayuda cuando la necesiten si comprenden mejor su propia salud mental.
5. Estrategias de Autocuidado:
Las personas vulnerables deben desarrollar habilidades de autocuidado tanto a nivel físico como emocional. Esto podría implicar crear rutinas saludables, utilizar técnicas de reducción del estrés y dar máxima prioridad a actividades que promuevan el bienestar.
6. Planificación a largo plazo:
Es fundamental crear una estrategia de atención a largo plazo con la ayuda de expertos en salud mental. Los objetivos personales, las técnicas para preservar la estabilidad emocional y una estrategia de prevención de recaídas podrían ser parte de este plan. Mantener el optimismo y la dedicación a la recuperación es más fácil gracias a un enfoque proactivo de la atención.
7. Red de crisis disponible:
Mantener una red de crisis es fundamental en caso de que se repitan pensamientos suicidas. Para una respuesta rápida en situaciones de emergencia, es crucial saber los números de teléfono de las líneas directas de crisis y de los servicios de emergencia. La conclusión principal es que las personas que están en riesgo merecen compasión y apoyo continuo mientras encuentran el camino hacia el bienestar emocional, tomando un enfoque en que todavía hay esperanza y recuperación por delante.
Redes de Apoyo y Comunidad
La prevención del suicidio puede verse muy afectada por el desarrollo de redes de apoyo y comunidades solidarias. Es menos probable que los pensamientos suicidas ocurran en personas que se sienten conectadas, valoradas y apoyadas por sus seres queridos y su comunidad.
1. Pertenencia y Conexión:
Promover comunidades de apoyo implica crear entornos donde las personas se sientan apreciadas y conectadas. Se incluyen aquí los barrios, los lugares de empleo, los lugares de culto y otros entornos que permitan una interacción humana significativa. Que fortalezcan las relaciones personales, de esta manera se fomenta un sentido de pertenencia y disminuye el aislamiento social.
2. Educación y Concienciación:
La creación de iniciativas de concientización comunitaria puede informar a las personas sobre los factores de riesgo y las señales de advertencia asociadas con el suicidio. Para lograrlo se pueden utilizar talleres, discursos, reuniones públicas y campañas de sensibilización. Proporcionar a los miembros de la comunidad programas de primeros auxilios para la salud mental puede ser beneficioso. Esto permite a las personas adquirir las habilidades necesarias para identificar y asistir correctamente a quienes se encuentran en riesgo.
3. Apoyo emocional:
Los grupos de apoyo local puede ofrecer un entorno seguro donde pueden hablar sobre sus luchas y encontrar otras personas que los comprendan. Las líneas directas de crisis locales y los servicios de chat en línea pueden ser cruciales para brindar a quienes lo necesitan el apoyo emocional inmediato que necesitan.
4. Prevención Comunitaria:
El desarrollo de políticas de prevención puede colaborar para crear leyes que apoyen la prevención del suicidio. Esto podría implicar el establecimiento de iniciativas de detección temprana en las escuelas o la mejora de los servicios de salud mental comunitarios. Promover la participación comunitaria activa en la prevención del suicidio exige incluir a personas de todas las edades y orígenes socioeconómicos en la formulación e implementación de estrategias de prevención.
6. Acceso a Recursos:
Mantener listados actualizados de recursos cercanos de salud mental y prevención del suicidio en línea y en el vecindario puede facilitar que las personas se pongan en contacto con la asistencia que necesitan. Por lo tanto, para prevenir el suicidio, es fundamental crear sistemas de apoyo y desarrollar un entorno propicio. Las personas tienen un mayor sentido de pertenencia y seguridad emocional cuando se sienten conectadas, valoradas y apoyadas por sus comunidades. Además de ayudar en la prevención del suicidio, esto mejora la salud mental y el bienestar general de la comunidad.
En resumen, el suicidio afecta a familias, comunidades y sociedades enteras; no es sólo un problema que afecta a una sola persona. No podemos quedarnos de brazos cruzados y observar cómo el estigma, la incomprensión o la indiferencia prolongan el sufrimiento de quienes enfrentan pensamientos suicidas. Comprender que quienes están en riesgo merecen nuestro apoyo, empatía y compasión es el primer paso para prevenir el suicidio. Los factores de riesgo, como los problemas de salud mental, el abuso de sustancias y las experiencias traumáticas, no son signos de debilidad, sino señales de que alguien necesita ayuda.
En otras palabras, desestigmatizar las enfermedades mentales es esencial, al igual que promover la búsqueda de ayuda y ofrecer recursos a quienes los necesitan. La detección e intervención tempranas son esenciales. Además, la capacidad de escuchar activamente, expresar preocupación y vincular a las personas con asistencia calificada puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Dicho de otro modo, no subestimemos la influencia del diálogo abierto y afectuoso para quienes han intentado suicidarse anteriormente o han tenido pensamientos suicidas, el apoyo continuo es indispensable. Debemos estar ahí para apoyar a quienes atraviesan recaídas y otras dificultades en su camino hacia la salud mental porque la recuperación no es un proceso lineal. La prevención del suicidio se ve muy favorecida por nuestras redes sociales y comunidades locales. Creando espacios donde las personas se sientan valoradas, conectadas y apoyadas ayuda a disminuir el aislamiento social y promover la esperanza.
Como conclusión, me gustaría afirmar que la sociedad en su conjunto debe trabajar para prevenir el suicidio. En mi calidad de psicólogo, soy consciente de lo fundamental que es abordar este problema con empatía, comprensión y las herramientas adecuadas. La prevención del suicidio implica algo más que simplemente identificar riesgos y ofrecer apoyo; también implica fomentar una cultura que valore la salud mental, la compasión y el cuidado a nuestros semejantes. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la prevención del suicidio y, trabajando juntos, podemos cambiar las cosas y salvar vidas.
IMPORTANTE
Si tú o alguien que conoces está luchando con pensamientos suicidas, no dudes en buscar ayuda de inmediato. En Ecuador, el Ministerio de Salud Pública (MSP) mantiene activa la línea 171, opción 6, con el fin de que la ciudadanía que requiere primeros auxilios psicológicos pueda comunicarse y recibir apoyo oportuno. Por otro lado, desde el día lunes 11 de septiembre se comenzó a atender las emergencias en salud mental a través de la línea 911 y teleconsultas no emergentes mediante la línea municipal 101 opción 9. Por último ANIMA EC +(593)99719-6911 es una línea de ayuda que brinda soporte psicológico a personas que están atravesando una crisis emocional o episodios de ansiedad, depresión y estrés.
Referencias
Agra Varela Y, Suárez Alonso A, López Franco MA, Latasa Zamalloa P. (2019). Día mundial para la prevención del suicidio. Trabajando juntos por su prevención. Rev Esp Salud Pública;93: 10 e201909092. Disponible en: <https://www.scielosp.org/pdf/resp/2019.v93/e201903092/es>
Cañón, S., Carmona, J. (2018). Ideación y conductas suicidas en adolescentes y jóvenes. Rev Pediatr Aten Primaria [online]. 2018, vol.20, n.80, pp.387-397. Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322018000400014&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1139-7632.
Organización Mundial de la Salud (2017). Prevención del Suicidio. Un instrumento para los profesionales de los medios de comunicación.
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