Escrito por: Luis David Arias
El autismo es una alteración del neurodesarrollo que impacta en cómo un individuo interactúa y se comunica con los demás. A pesar de que cada individuo en el espectro autista es singular, hay patrones de conducta e interacciones que se pueden identificar desde una edad temprana (Ruggieri, 2024). La escuela, como lugar donde los niños pasan la mayor parte del día, tiene un rol crucial en la identificación temprana del autismo, dado que es en este lugar donde se pueden apreciar sus capacidades sociales y de aprendizaje de forma continua (Carmenate Rodríguez, 2023).
Uno de los primeros indicios que los docentes pueden identificar es el esfuerzo del niño para involucrarse en juegos o actividades en grupo, o su predilección por permanecer en soledad. Los niños con esta condición pueden exhibir interés en rutinas monótonas o mantener un fuerte enfoque en asuntos particulares, pero les resulta complicado ajustarse a circunstancias novedosas (Alcalá, 2022). Además, pueden ser extremadamente susceptibles a estímulos como sonidos, luces o texturas, lo que podría afectar su rutina diaria en la escuela (Cuellar Portilla, 2023).
Es crucial identificar el autismo a tiempo, pues facilita que tanto la familia como el personal educativo empiecen a colaborar para proporcionar al niño el respaldo que requiere. Con una identificación temprana, es posible establecer modificaciones en el aula que promuevan su aprendizaje, tales como la utilización de instrumentos visuales, la generación de un entorno sereno o la instauración de rutinas definidas que hagan su día académico más previsto y agradable (Perez De Paz, 2020).
La función del psicólogo educativo es crucial en este procedimiento. Este experto tiene la habilidad de colaborar con los maestros para reconocer los retos particulares a los que se enfrenta el niño y sugerir tácticas de respaldo que faciliten su desarrollo de la forma más óptima. Adicionalmente, el psicólogo tiene la capacidad de guiar a los padres y al equipo educativo acerca de cómo atender las necesidades específicas del niño, generando un ambiente de aprendizaje inclusivo y enriquecedor (Lozano Pérez, 2021).
Así, la identificación del trastorno del espectro autista, en el entorno escolar no solo favorece una experiencia educativa más gratificante para el niño que vive esta condición, sino que también contribuye a su bienestar emocional y a robustecer su confianza desde el comienzo.
Bibliografía
Alcalá, G. C. (2022). Trastorno del espectro autista (TEA). Revista de la Facultad de Medicina (México), 65(1), 7-20.
Carmenate Rodríguez, I. D. (2023). Síntomas de aparición temprana en los trastornos del espectro autista. Cubana de Pediatría, 95.
Cuellar Portilla, D. E. (2023). Interacción de pares neurotípicos y heterorregulación con un niño con trastorno de espectro autista en el contexto escolar.
Lozano Pérez, T. I. (2021). La Educación Avanzada y la detección del trastorno del espectro autista. Varona. Revista Científico Metodológica,, (73), 150-161.
Perez De Paz, A. (2020). Detección temprana de los niños con TEA en Educación Infantil.
Ruggieri, V. (2024). Autismo y camuflaje. Medicina, 84, 37-42.
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